Cada vez más el mercado laboral está demandando a técnicos cualificados por encima de los títulos universitarios.
Cuando visito estos días de verano diversos Institutos donde se albergan clases de Educación Secundaria, Formación Profesional y Bachillerato, los pasillos están oscuros, con las luces apagadas y las persianas de las aulas echadas en su particular hibernación estival. Alguna clase rompe con su interior iluminado, del que proceden voces de profesores que ultiman los preparativos del próximo curso 2022-23.
Es en esa atmosfera donde me siento como uno más de esos jóvenes que apuestan por estudiar FP como paso previo al futuro.
“Yo comencé estudiando FP” y eso me ha permitido siempre ponerme en la posición de los alumnos, me siento muy identificado con ellos, conozco sus inquietudes y creo que ayuda muchísimo en mi tarea de “Divulgación e Impulso de FP” a transmitirles el mismo amor que a mí me trasladaron para ejercer una profesión desde la vocación.
Es un dato objetivo que desde hace años aumenta el porcentaje de alumnos en la Formación Profesional, por dos sencillas razones. La primera es que el mercado laboral ha cambiado y la tendencia universitaria, como todas las burbujas, amenaza con romperse por sobreexplotación de titulados.
Por otro lado, este mismo mercado reclama más profesionales técnicos en los sectores productivos porque la mano de obra se queda escasa. En el último curso (2021-22), el alumnado matriculado en una FP ha crecido un 4,1%, con más de un millón de alumnos en todo el país, como se desprende del último informe “Datos y cifras del curso escolar 2021-22”, del Ministerio de Educación y Formación Profesional.
La coyuntura de nuestro país siempre ha sido la de demandar técnicos, máxime en zonas industriales. Pero durante décadas “un gran porcentaje de estudiantes, a causa de una nefasta e inexistente orientación profesional, se han decantado por otro tipo de estudios y además hemos sufrido la estigmatización de la Formación Profesional, como si esto fuese un lugar al que sólo llegan gente que no les gustaba estudiar, como segunda o tercera opción, cuando para nada es así”.
Hay muchos estudiantes que después de empezar la Universidad deciden apostar por la Formación Profesional o estudiantes, que tras finalizar sus estudios Universitarios regresan a la Formación Profesional para ampliar el abanico de posibilidades laborales”.
Sobre la Oferta y Demanda de Empleo en España 2021, un informe reciente de ADDECO indicaba que el 41,3% de las ofertas de empleo en España están destinadas a los estudiantes de Formación Profesional, una estadística que es diez puntos menos para los estudiantes universitarios.
Por último, uno de los grandes retos a nivel nacional en la Formación Profesional es el de la presencia femenina en sus aulas.
