26/06/2024•Opinión•Antoni Ruiz
El outsourcing y la subcontratación no son la respuesta a la falta de profesionales cualificados en la industria energética.
En el ámbito de las energías y los fluidos, la falta de mano de obra cualificada es un problema creciente que afecta tanto a la eficiencia operativa como a la calidad del servicio. Muchas empresas, en un intento de resolver este desafío, optan por soluciones de outsourcing o subcontratación, esquivando la responsabilidad de formar adecuadamente a sus empleados. Esta práctica, aunque resuelve problemas temporales de demanda, no es sostenible a largo plazo y conlleva múltiples riesgos.
Como experto en este sector, con años de experiencia que abarcan desde el aprendizaje hasta la dirección, sostengo firmemente que la clave para abordar esta problemática no radica en el outsourcing, sino en la formación integral y continua de los profesionales. Un oficio tan complejo y crítico como el eléctrico no puede ser fragmentado según las necesidades puntuales del mercado. No se trata de emplear personas “a tramos” o “a peso”, sino de garantizar que los técnicos cuenten con todos los conocimientos necesarios, acorde a las normativas y estándares del Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión (REBT).
El outsourcing puede ser tentador por su aparente flexibilidad y reducción de costos a corto plazo. Sin embargo, recurrir a técnicos “pseudo-preparados” sólo para cubrir picos de trabajo compromete la calidad del servicio y la seguridad de las instalaciones. Este enfoque utilitarista puede tener consecuencias graves, desde fallos operativos hasta accidentes que podrían haberse evitado con una formación adecuada.
Apostar por la Formación Integral de los trabajadores
Para resolver la crisis de mano de obra en el sector eléctrico, es imperativo que las empresas se conviertan en parte de la solución, no del problema. Esto implica invertir en programas de Formación Profesional (FP) y en la educación continua de sus empleados. La formación no debe ser vista como un costo, sino como una inversión estratégica que garantiza la disponibilidad de personal cualificado, capaz de enfrentar los retos tecnológicos y digitales del futuro.
El camino correcto para las empresas del sector eléctrico pasa por estructurar sus plantillas con empleados bien formados y acreditados. Esto no solo mejora la calidad del servicio, sino que también eleva los estándares de la industria en su conjunto. En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, contar con profesionales que dominen todos los aspectos de su oficio es crucial para mantener la competitividad y la seguridad.
En mi opinión, se debe abogar por un compromiso serio y sostenido con la formación integral de los profesionales del sector eléctrico. Más FP y formación continua con Certificados de Profesionalidad (CP) son esenciales para contrarrestar el desconocimiento profesional y garantizar la excelencia en el servicio.
Las empresas deben dejar de ver la formación como un gasto y empezar a verla como la inversión más estratégica de su futuro. Seamos serios y apostemos por una mano de obra cualificada y bien formada. Solo así podremos construir un sector energético robusto, seguro y preparado para los desafíos del mañana.
Articulo publicado en el Blog de C de Material Eléctrico el 26.6.2024