Spainskills es los Juegos Olímpicos de la Formación Profesional de nuestro país. Tras dos años en blanco a causa de la pandemia, el certamen reunió entre el 22 y el 25 de marzo en Ifema a 452 estudiantes y recién titulados de 27 ramas profesionales, entre ellas la de instalaciones eléctricas, en la que participaron 18 jóvenes, de los cuales solo uno fue mujer, la representante de Cantabria, María Matabuena (más información del certamen al final del artículo).
El sector eléctrico, un trabajo de futuro
El interés de Kevin por el sector eléctrico comenzó muy temprano, cuanto tenía entre cinco y seis años. «Solía acompañar a mi hermano, que se dedicaba a la electricidad, y ahí es cuando comenzó a interesarme este mundo. Siempre he visto el sector eléctrico como un trabajo de futuro, porque la electricidad siempre va a ser necesaria«, nos cuenta, con una madurez más propia de un joven que ronda la treintena.
Más tarde, Kevin cursó la FP Básica, el Grado Medio y el Grado Superior por la rama de electricidad en el IES Pasqual Calbó i Caldés de Mahón, la capital de Menorca, aunque, tras las dos primeras formaciones, realizó las prácticas en una empresa instaladora de Hanstedt, una pequeña localidad situada a menos de 40 kilómetros de Hamburgo, en Alemania.
«Mi madre, aunque desde hace 40 años vive en Menorca, es de Alemania, así que, a través de la familia materna, conseguí las prácticas en esta empresa. Quería coger un poco de experiencia. Una semana después de llegar me dijeron que si no quería quedarme; les dije que no, quería seguir estudiando. Tras hacer las prácticas del Grado Medio, me volvieron a preguntar si no quería quedarme a trabajar, pero quería seguir formándome», explica.
Las prácticas del Grado Superior las realizó en una empresa nacional, «quería adquirir algo de experiencia en las instalaciones españolas, porque hay aspectos que son diferentes», apunta. Precisamente, Kevin nos atiende desde Alemania, donde actualmente se encuentra trabajando como instalador, aunque no descarta volver a España. «A la isla se le tiene un cariño especial», nos dice.
El sector necesita electricistas
Kevin asegura que le gustaría especializarse en energías renovables, de hecho, la casa de sus padres en Mahón es autónoma, se alimenta mediante energía fotovoltaica y eólica, por lo que conoce de cerca sus virtudes: «Tengo preferencia por las instalaciones fotovoltaicas, me parece el futuro. Si hago la ingeniería, sería en instalaciones renovables», comenta.
Además, y a pesar de su juventud, no es ajeno al problema del relevo generacional que amenaza al sector eléctrico. «Este problema está por todos lados -afirma-. Está claro que tiene que haber ingenieros que diseñen las instalaciones y las infraestructuras, pero si todos estudiamos ingeniería no habrá nadie que ejecute esos proyectos«, explica.
Además, Kevin reconoce que, con el paso del tiempo, estos trabajos cada vez están mejor remunerados y recomienda formarse como instaladores, «porque sabes que vas a tener trabajo sí o sí, dónde y cuándo quieras”, afirma.
España y Alemania, ¿dos mercados muy distintos?
Kevin reconoce que el trabajo del instalador sí es «bastante diferente». «Aquí, en Alemania, todas las instalaciones se hacen con cable rígido, con manguera, y se empotra directamente en la pared. Además, los enchufes se van cosiendo, las cajas de empalme prácticamente no existen… El sistema que tenemos en España es más flexible y cómodo«, concluye.
Eso sí, a nivel laboral señala que las condiciones son muy similares en ambos países. Ocurre lo mismo desde el punto de vista tecnológico, aunque, matiza Kevin, en Alemania «el 90 % de las instalaciones que se hacen son domóticas; la diferencia de coste entre una instalación tradicional y una inteligente es de unos 4.000 euros y, al final, acaba saliendo a cuenta», explica.
En qué consiste la prueba de Spainskills
El objetivo de este certamen es evaluar las habilitades (skills en inglés) de alumnos de FP o recién titulados en el diseño, montaje, puesta en marcha, verificación y mantenimiento, en este caso, de instalaciones eléctricas. ¿Pero cómo evaluar algo tan complejo?
Pues bien, en esta última edición, los participantes tuvieron que realizar una instalación de superficie con canaletas, un cuadro principal, un cuadro secundario, varios portalámparas y enchufes. El kit de la cuestión es que los jóvenes no saben qué tipo de instalación tienen que realizar hasta el primer día. Las dos primeras jornadas, de 8 horas, se dedican al montaje y cableado.
La tercera y última, de seis horas, para la programación. En este caso, la instalación tenía que integrar dos sistemas domóticos, uno de Zennio y el sistema Wiser de Scheider Electric. De nuevo, la dificultad reside en que los participantes no conocen las instrucciones de programación hasta ese último momento. Tras evaluar a los 18 participantes, el jurado, conformado íntegramente por miembros de FENIE, eligió a los ganadores.
«En primer lugar anunciaron el tercer puesto; luego que el segundo premio iba para Cataluña. Yo, que creía que tenía posibilidades por la reacción del público mientras hacía la instalación, pensé: o el oro o me voy con las manos vacías. Entonces, dijeron el primer premio… Y solo oí Kevin, a partir de ahí no escuché nada más. Llegué al podio temblando«, nos cuenta.
Ahora, Kevin representará a España a nivel europeo e internacional, aunque está a la espera de una llamada del Ministerio de Educación, que es la entidad que organiza este certamen, para confirmarle las citas. Y es que la competición europea debía celebrarse en San Petersburgo, mientras que la cita mundial estaba previsto que se desarrollase en Tokio, aunque todavía no está confirmado a causa del COVID-19.