Cuando tenía apenas 14 años, como tantos jóvenes de mi generación, comencé a trabajar como aprendiz en el sector de las instalaciones de energías y fluidos en Badalona. Allí coincidí —sin saberlo aún— con personas como José Elías, con quien compartíamos orígenes similares: la cultura del esfuerzo, el aprendizaje desde la base y la voluntad de construir algo valioso, comenzando desde un oficio.
Hoy, décadas después, José Elías es un referente empresarial con más de 180 compañías bajo su liderazgo. Y en mi caso, he tenido el privilegio de evolucionar desde instalador a empresario, más tarde como secretario general de una asociación de empresas del sector, director de una academia de formación continua para trabajadores y, en la actualidad, consultor y divulgador del valor de la Formación Profesional y de los oficios en nuestro país.
Los oficios no son pasado: son presente… y futuro
Vivimos una transformación silenciosa, pero profunda. Mientras algunos siguen buscando certezas en títulos universitarios desalineados con la realidad del mercado, Europa y España enfrentan una gran escasez de profesionales cualificados en oficios clave: carpinteros, electricistas, fontaneros, mecánicos, matriceros, agricultores… Todos ellos están en el corazón de nuestras ciudades, industrias y hogares.
No hablamos de profesiones menores. Al contrario: estas ocupaciones están llamadas a convertirse en empleos premium, en profesiones cada vez más cotizadas, imprescindibles y con gran proyección.
La brújula: vocación, especialización y valores
Mi trayectoria profesional siempre ha estado guiada por tres pilares: perseverancia, generosidad y trabajo en equipo. He tenido la suerte de rodearme de personas y organizaciones que compartían ese mismo enfoque. También he aprendido a apartarme de lo que no estaba alineado con mi forma de entender la vida y el trabajo.
Este recorrido ha estado apoyado sobre una base sólida: la formación en oficios, complementada con estudios superiores, siempre con una mirada práctica, conectada al mercado y a las necesidades sociales de cada momento.
De lo sólido a lo líquido: la nueva era de los profesionales
Recientemente escuchaba un podcast con Miquel Roca Junyent, abogado, político y uno de los padres de la Constitución de 1978. Roca explicaba cómo en su época, el valor de un abogado residía en saber de memoria lo que decía el artículo 3 de la Ley de Enjuiciamiento. Hoy, lo importante no es tanto memorizar, sino saber aplicar el conocimiento, saber buscarlo y contextualizarlo.
Estamos en una sociedad líquida, como diría Bauman, en la que el conocimiento está disponible 24/7 y donde el verdadero diferencial profesional no está solo en lo que sabes, sino en lo que sabes hacer y cómo lo haces.
Dignifiquemos las profesiones técnicas
Es hora de prestigiar, valorar y dignificar los oficios. No como plan B, sino como plan A para miles de jóvenes que buscan una vida profesional plena, sostenible y con propósito.
No hay mejor cimiento para construir el futuro que aquel que se hace con las manos, el conocimiento, la dedicación y la voluntad de ser útil a la sociedad.
