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¿Qué es mejor estudiar una carrera o un grado superior?

Si nuestro futuro profesional nos da la opción de elegir entre ambos caminos, tendremos que valorar los pros y contras de cada itinerario para apostar por uno u otro.

 

Cuando uno piensa en su futuro profesional, sea este vocacional o no, hay veces que el camino viene dado. Para ser abogado o abogada, por ejemplo, el camino más recto suele ser estudiar la carrera de Derecho. Lo mismo sucede si nuestro futuro está en la panadería o en los cuidados auxiliares de enfermería, por nombrar dos casos de ciclos formativos que se recogen en las páginas de este suplemento. En el primer caso, la Universidad será nuestro lugar de estudio durante unos años, mientras que el centro de Formación Profesional lo será en el segundo caso.

Pero puede suceder también que la formación que nos interesa se imparta en ambos lugares. De hecho, al ser cada vez más variada la oferta de las facultades, pero también la de los centros de Formación Profesional, esta es una disyuntiva cada vez más frecuente.

Es en ese momento en el cual debemos decidir cuál será el camino, pero también el método, para alcanzar nuestra meta y convertirnos en profesionales de aquello con lo que hemos soñado. En esta situación, ¿cómo optamos por cursar unos estudios u otros? ¿Qué pros y contras hay en la balanza?

Lo primero que hay señalar es que tanto la formación profesional como la carrera universitaria es una gran fórmula para nuestra formación. Es cierto que en los últimos años la primera ha experimentado un gran auge, pero eso no quiere decir que la segunda no sea una gran opción. De hecho, las dos son igual de buenas. Es cierto que durante décadas ha existido la creencia generalizada de que tener una carrera universitaria era mejor que un grado superior, pero los tiempos cambian y ambas opciones están hoy igual de bien valoradas en un mercado laboral que se adapta también a los nuevos tiempos.

Por ello, nada como conocer los elementos diferenciadores de uno y otro para poder determinar cuál es la opción que mejor se adapta a nuestros deseos y también a nuestras circunstancias.

Grado Superior: más rápido y práctico

De los grados superiores, siempre se han destacado dos cosas: su alto índice de empleabilidad, que sigue aumentando año tras año; y su brevedad, ya que si una carrera dura al menos cuatro años, el grado superior suele tener dos cursos.

También se valora de manera muy positiva el alto porcentaje de parte práctica que tiene esta formación. Quien toma parte en estos grados superiores suele aplicar constantemente la teoría, por lo que está perfectamente preparado para enfrentarse al mundo laboral en cuanto termina su formación. Además, en muchos ciclos se apuesta de manera firme por la formación dual o, al menos, por la realización de unas prácticas que suponen el primer contacto con el mundo profesional.

Además, otra de las ventajas de la formación profesional es que sus alumnos y alumnas tienen una muy buena acogida en el mundo laboral, lo que sirve para que desde muy temprano se pueda ir adquiriendo experiencia.

En este mismo sentido, las empresas valoran de manera muy positiva el alto grado de especialización que adquiere el alumnado que se forma en estos centros, que suelen estar orientados a puestos y funciones muy concretas.

A su vez, debemos tener en cuenta que el de los grados no es un camino cerrado, sino complementario. Si nos gusta la materia y encontramos necesidad, podremos ampliar nuestros conocimientos, incluso en la Universidad.

Por último, debemos desterrar también la creencia de que haber cursado un grado superior es sinónimo de un salario menor, ya que, hoy en día, los estudios e informes no confirman esa teoría.

Carrera: más tiempo, mejores puestos

El camino hacia una carrera universitaria comienza en el propio colegio o instituto. La Selectividad y esa nota obtenida de media con el Bachillerato nos dicen en muchos casos a qué Universidad podremos ir o qué carrera realizaremos, pero antes, en la ESO, ya habremos tenido que elegir qué Bachiller cursaremos y, con ello, hacia dónde dirigiremos nuestros estudios.

En la Universidad, la formación es más larga que en los centros de formación profesional, porque estamos hablando de un mínimo de cuatro años. Nos incorporaremos a la vida laboral más tarde, algo que puede ser un hándicap si tenemos prisa por ello, pero probablemente lo hagamos mejor formados, porque habremos tenido más cursos, asignaturas y experiencias.

También es cierto que la Universidad nos sirve para acceder a determinados puestos de trabajo para los cuales son necesarios un graduado o una graduada, ya que es innegociable que alguien cualificado realice esa función. En esos casos, contar con una carrera universitaria ofrece trabajos con mayor remuneración.

En estos casos, al igual que sucede con la Formación Profesional, la carrera universitaria puede tener también su continuidad con másteres, posgrados o cursos de experto, entre otras soluciones.

 

Fuente: El Diario Vasco

Lunes, 27 de febrero 2023, 16:29

 

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